¿Por qué la cefalea tensional?

Varios grupos musculares intervienen en la alineación estática de la cabeza. Una mala alineación de la primera vértebra cervical conduce a una posición incorrecta de la cabeza en la columna vertebral.

Para contrarrestar la desalineación del atlas, varios grupos musculares de los hombros y el cuello trabajan juntos de forma compensatoria, con el fin de mantener la cabeza lo más perpendicular posible por encima de la columna vertebral.

El eje de los ojos y el órgano del equilibrio están fuertemente implicados en este ajuste, con su constante esfuerzo por mantener el nivel en el plano horizontal.

El esfuerzo constante para compensar puede endurecer los músculos del cuello afectados hasta tal punto que se desencadena un círculo vicioso: los músculos sobrecargados se endurecen cada vez más y empiezan a doler. Los músculos sobrecargados se endurecen cada vez más y empiezan a doler. En este punto, los músculos del cuello se vuelven aún más rígidos, lo que provoca una contracción muscular crónica. El dolor se vuelve entonces continuo y se irradia al cráneo.

La consecuencia del endurecimiento de los músculos cervicales es la compresión, con la consiguiente irritación, de las numerosas terminaciones nerviosas que salen de la columna vertebral. El resultado suele ser una cefalea tensional.

Uno de los nervios más afectados es el nervio occipital mayor, que inerva la parte posterior de la cabeza. Este nervio se ramifica de la médula espinal entre el Atlas y el Epistrofio y sigue su curso a través de varias capas superficiales de los músculos occipitales.

El nervio irritado envía señales de dolor al cerebro, que se irradian desde el cuello hasta la nuca y se perciben en forma de cefalea tensional.

El reposo alivia ligeramente los síntomas, pero en cuanto se tensa un poco el cuello, vuelve el dolor. Esto se llama cefalea tensional crónica.

Aunque la medicina convencional reconoce que el problema de la tensión muscular es la causa de las cefaleas tensionales, no ofrece ninguna solución más allá de los relajantes musculares, los analgésicos o las inyecciones, todos los cuales son sólo paliativos temporales y, por tanto, no resuelven el problema.

Últimamente, la medicina está incluso tratando de aceptar como normal y aceptable la práctica de inyectar sustancias como el botulínico para aliviar los dolores de cabeza. El botulínico es uno de los venenos naturales más potentes del mundo, por lo que es fácil imaginar lo perjudiciales que pueden ser los efectos a largo plazo del botulínico en el organismo.